Parte Segunda
Aunque sea poner la nota negra sobre un reportaje promisor (la Parte Primera), no podemos dejar de tratar aquí casos que constituyen la excepción de todo lo dicho, por circunstancias desconocidas: en ambas hay algo de ciencia-ficción mezclada, quizás, de la mano de un hombre real. Hablamos de las algas invasoras.
La primera fue el alga "Alexandrium Mimutum". Brevemente, cuando en los años 80 las focas-monje del Mar del Norte empezaron a morir sin causa artificial aparente, se terminó por culpar con un 90% de certeza al alga citada, que era su alimento predilecto. Se calcula que murieron casi 20.000 ejemplares de esas focas y el resto fue trasladado a otro mar. La especie está en peligro. Pero hay algo mucho más grave que explicaremos con más detalle:
La Caulerpa taxifolia (alga asesina) un intruso peligroso en aguas del Mediterráneo
Desde hace años el Mediterráneo se ha visto colonizado por especies no habituales o alóctonas. Su intrusión en la cadena trófica siempre suele ser catastrófica para las especies autóctonas, las que hallamos habitualmente en un biotopo. Y por supuesto para el Cambio Climático.
Hay que reconocerla bien. La Caulerpa es una alga muy bonita (y no una planta) que posee un estolón característico de un milímetro de diámetro y de hasta 1 m. de longitud fijado en el fondo por sus raíces, de ellas salen unas hojas llamadas frondas (de 2 a 15 cms. de altura). Estas frondas pueden estar ramificadas llegando a medir hasta 65 cms.
Su forma recuerda a las de ciertas coníferas. Debido a que libera ciertas toxinas no es apetecible para la mayoría de los animales pastadores de los océanos y su crecimiento se acelera más y más. Por más de 5 años y un gasto que ha superado ya los 7 millones de dólares, su erradicación se declaró satisfactoria en el 2006, lo cual estaba muy lejos de la realidad.
La Caulerpa es esbelta y se extiende hasta 60 cms de cobertura, vive en aguas tanto calmas como agitadas y en cualquier tipo de sustrato sus fragmentos no flotan y es por eso poco factible de ser divisada en puertos, muelles y lugares similares.
Hay que reconocerla bien. La Caulerpa es una alga muy bonita (y no una planta) que posee un estolón característico de un milímetro de diámetro y de hasta 1 m. de longitud fijado en el fondo por sus raíces, de ellas salen unas hojas llamadas frondas (de 2 a 15 cms. de altura). Estas frondas pueden estar ramificadas llegando a medir hasta 65 cms.
Su forma recuerda a las de ciertas coníferas. Debido a que libera ciertas toxinas no es apetecible para la mayoría de los animales pastadores de los océanos y su crecimiento se acelera más y más. Por más de 5 años y un gasto que ha superado ya los 7 millones de dólares, su erradicación se declaró satisfactoria en el 2006, lo cual estaba muy lejos de la realidad.
La Caulerpa es esbelta y se extiende hasta 60 cms de cobertura, vive en aguas tanto calmas como agitadas y en cualquier tipo de sustrato sus fragmentos no flotan y es por eso poco factible de ser divisada en puertos, muelles y lugares similares.
Este alga fue prohibida por ley en el estado de California en octubre del 2001.
¿Qué podemos hacer para prevenir nuevas apariciones?
* No usar, vender, comprar o distribuirla para usar en acuarios domésticos
* Nunca liberarla sobre a otros contenidos del acuario (incluyendo agua) en desagües, drenajes, riachuelos, bahías, estuarios o en el océano.
* Deshacerse adecuadamente de ella congelándola primero durante 24 horas en bolsas herméticamente cerradas que luego irán a la basura y el agua del acuario eliminarla en un drenaje del baño o en el inodoro.
* Reportar en seguida a las autoridades sanitarias si se ven en tiendas de mascotas o si se encuentran restos de alga Caulerpa.
La Caulerpa taxifolia, un alga tropical peligrosa para el ecosistema vegetal marino, está colonizando desde los años 80 las aguas del Mediterráneo. Existen seis países afectados Túnez, Croacia, Italia, Mónaco, Francia y Baleares (en Mallorca cala d'Or, cala Llongua y Porto Petro, donde actualmente ocupa 30 Ha), más de 70 localidades conocidas, con 13.000 Ha seriamente dañadas. La invasora ocupa hoy más de 200 km. de línea de costa. Sicilia, Córcega y Cerdeña están seriamente amenazadas. En el mapa que acompaña este reportaje con puntos rojos se ven claramente los dominios de la Caulerpa.
Los expertos sin embargo barajan la posibilidad de que en el origen exacto del grave problema creado no fuera Mónaco, el culpable mayor de su presencia en el Mediterráneo fue el hecho de que el frasco que se arrojó al mar desde el museo, contuviera justamente una Caulerpa mutante -como diremos luego en detalle- nacida o generada como resultado de los experimentos sobre algas exóticas (aunque no consta que se hicieran experimentos con ella) para que adoptara características que la hicieran ideal para ser cultivada en acuarios.
Con su proliferación es una conclusión lógica, sin embargo carente aún de la adecuada atención por parte del público.
La explicación científica: una especie que se desarrolla en sus aguas originarias o habituales de un modo sostenible, en ausencia de depredadores y en otro hábitat propicio puede disparar su crecimiento acaparando un espacio destinado a otras especies. Es el primer caso que hemos analizado. El segundo es todavía peor, y el tercero es catastrófico...
Estos hechos se han observado y contrastado desde hace décadas. La Asparagopsis armata, alga procedente de Australia y Nueva Zelanda, apareció en aguas Mediterráneas y del Atlántico en el año 1925. Indigesta para los peces autóctonos, se extendió por gran parte del Mediterráneo Occidental y aún no ha detenido su colonización. Se distingue fácilmente en inmersión por los fragmentos pardos que se adhieren inmediatamente al neopreno al acercarse a las rocas de una zona afectada.
De ese modo, por descuido en artes de pesca, anclas sucias o en el agua de la sentina llegó esta alga desde las antípodas donde halló un espacio para desarrollarse. Sin embargo, no todas las especies autóctonas son tan relativamente poco dañinas como la Asparagopsis armata.
Se sabe además que en las costas de California ha invadido cerca de 23.000 metros cuadrados de fondos marinos (en la Bahía de Huntington) y también se ha detectado en la costa sudeste de Australia (en las templadas aguas de New South Wales, y más exactamente en Port Hackint, Lake Conjola y Careel Bay). Nada hace pensar que el avance de esta alga vaya a detenerse. Donde la Caulerpa arraiga y no permite desarrollarse a ningún otro habitante marino.
Lo de la mutación es algo-dentro de lo estremecedor-muy factible. Es decir que la genética de la Caulerpa taxifolia se modificó sustancialmente por culpa de los productos químicos utilizados para su adaptación al acuario y al uso de la luz ultravioleta para su mantenimiento con la obvia consecuencia de la gestación de un híbrido muy poderoso afectado de gigantismo. Se reproduce vegetalmente, asexualmente.
Así sin quererlo se creó un alga monstruosa capaz, incluso, de aguantar el relativo frío del Mediterráneo comparado con la temperatura de aguas tropicales. Aunque se desconoce exactamente el lugar de origen y la fecha en que empezó a ser utilizada la especie como alga de exposición- ya en los años 50 se cultivaban varias especies del género Caulerpa -por su verdor y belleza. Esa es la fecha clave del principio del fin.
La Caulerpa que es tropical se ha acostumbrado a las temperaturas más frías del Mediterráneo
En los años 70 los especialistas de los acuarios de Stuttgart observaron las características extraordinarias de una cepa de Caulerpa taxifolia al presentar un desarrollo regular sin regresiones como la mayor parte de las otras algas de exposición, ser muy densa permitiendo ser el refugio de especies miedosas, ser muy resistente y decorativa y reproducirse por esquejes, hecho que facilitaba enormemente su cultivo en acuario.
Fue por todo ello que esa cepa fue seleccionada y distribuida en la rueda de intercambios de material de exposición que se dan entre los acuarios públicos, y cayó en un acuario tropical alemán o australiano luego en dos acuarios de París y Niza las recibieron directamente de Wiehelmina, de donde fueron a parar al Museo Oceanográfico de Mónaco. Los científicos coinciden en que los acuarios fueron un medio lamentablemente eficaz para extender la Caulerpa taxifolia en nuevos ámbitos pero señalan que no se les debe achacara ellos su calidad de invasora. La Cauterpila no daba sensación de ser tan agresiva.
No se la conocía a fondo
Biólogos de la Universidad de Ginebra recuerdan que hay una población tropical de esta familia de algas de esta especie en el Mar Caribe, en el Mar Rojo y en el sudeste asiático, pero que no tienen el carácter colonizador de la Caulerpa taxifolia. Es decir que las algas mediterráneas cuentan además con peculiaridades metabólicas que las diferencian de las especies de otros mares.
Primero se trató de conseguir la confirmación de su origen natural, y al respecto hace pocos años Jan Pawlowski y Olivier Jousson, investigadores del Instituto de Zoología y Biología animal de la Universidad de Ginebra, analizaron varias muestras del alga provenientes de varios lugares del Mediterráneo y su veredicto fue que todos los ejemplares eran genéticamente idénticos. Se identificó incluso el ADN de la variedad encontrada en las costas de California y se encontró que pertenecen a la misma cepa del Mediterráneo.
Por el contrario, la Caulerpa taxifolia tiene un efecto devastador, ya que puede desarrollarse sobre cualquier substrato: rocas, arena, herbarios poblados de Posidonia y puede cubrir hasta el 100% del fondo de 1 a 40 metros de profundidad. Una de sus propiedades es su adaptabilidad a cualquiera que sea la condición del medio (contaminado o no). Como hemos dicho siendo un alga tropical aguanta temperaturas relativamente frías (desde 14 o 15 grados hasta 10º centígrados) lo que podría ser desastroso si llegara al atlántico y se ambientara allí.
La Caulerpa contra un alga buena la Posidonia Oceánica una lucha entre el bien y el mal
Lo malo de la Caulerpa es que afectó directamente a la vegetación y resto de algas, especialmente las praderas de Posidonia oceanica, fanerógama endémica del Mediterráneo que realiza un papel fundamental para el ecosistema suministrando oxígeno al medio y participando directamente en la regeneración del fondo marino.
La Posidonia oceánica no es un alga sino una planta (crece en un fondo móvil, o sea arenoso, mientras que las algas pertenecen a fondos duros, rocosos) que solo existen en el Mar Mediterráneo. Sus hojas verdes son largas y aplanadas, pudiendo llegar a medir hasta un metro y medio, y forman grandes praderas en el fondo marino.
Biólogos de la Universidad de Ginebra recuerdan que hay una población tropical de esta familia de algas de esta especie en el Mar Caribe, en el Mar Rojo y en el sudeste asiático, pero que no tienen el carácter colonizador de la Caulerpa taxifolia. Es decir que las algas mediterráneas cuentan además con peculiaridades metabólicas que las diferencian de las especies de otros mares.
Primero se trató de conseguir la confirmación de su origen natural, y al respecto hace pocos años Jan Pawlowski y Olivier Jousson, investigadores del Instituto de Zoología y Biología animal de la Universidad de Ginebra, analizaron varias muestras del alga provenientes de varios lugares del Mediterráneo y su veredicto fue que todos los ejemplares eran genéticamente idénticos. Se identificó incluso el ADN de la variedad encontrada en las costas de California y se encontró que pertenecen a la misma cepa del Mediterráneo.
Por el contrario, la Caulerpa taxifolia tiene un efecto devastador, ya que puede desarrollarse sobre cualquier substrato: rocas, arena, herbarios poblados de Posidonia y puede cubrir hasta el 100% del fondo de 1 a 40 metros de profundidad. Una de sus propiedades es su adaptabilidad a cualquiera que sea la condición del medio (contaminado o no). Como hemos dicho siendo un alga tropical aguanta temperaturas relativamente frías (desde 14 o 15 grados hasta 10º centígrados) lo que podría ser desastroso si llegara al atlántico y se ambientara allí.
La Caulerpa contra un alga buena la Posidonia Oceánica una lucha entre el bien y el mal
Lo malo de la Caulerpa es que afectó directamente a la vegetación y resto de algas, especialmente las praderas de Posidonia oceanica, fanerógama endémica del Mediterráneo que realiza un papel fundamental para el ecosistema suministrando oxígeno al medio y participando directamente en la regeneración del fondo marino.
La Posidonia oceánica no es un alga sino una planta (crece en un fondo móvil, o sea arenoso, mientras que las algas pertenecen a fondos duros, rocosos) que solo existen en el Mar Mediterráneo. Sus hojas verdes son largas y aplanadas, pudiendo llegar a medir hasta un metro y medio, y forman grandes praderas en el fondo marino.
La media de vida de sus brotes es de unos 30 años. La Posidonia oceánica florece en otoño (aunque no siempre) y da unos frutos llamados "aceitunas de mar", unas bolas que, tras desprenderse de la planta, flotan hasta la orilla.
Su papel en el ecosistema es importantísimo ya que muchas especies encuentran sus nutrientes y su morada en la Posidonia. Una de las propiedades más interesantes de esta planta es que es capaz de multiplicar la superficie del suelo entre 20 y 50 veces. Esto significa que en un metro cuadrado de suelo, los animales y vegetales fijos disponen de 20 a 50 metros cuadrados para establecerse.
De hecho, las hojas están recubiertas de pequeñas algas que acceden de esta forma a la luz y de pequeños invertebrados que filtran las partículas en suspensión. Estos organismos que están fijos en las hojas, animales y vegetales, son llamados epifitos. Asimismo podemos encontrar en las praderas de Posidonia gran cantidad de equinodermos: varias especies de estrellas de mar y numerosos erizos que se nutren de esta planta. Los moluscos también tienen aquí su morada, concretamente los cefalópodos: pulpos y sepias. Ambos se alimentan de camarones, cangrejos y peces pequeños.
La Posidonia también atrae a numerosos peces (carnívoros y omnívoros) que se alimentan de crustáceos, erizos, moluscos, gusanos... Esta planta representa para ellos una gran despensa y para algunas especies, incluso, una guardería para sus crías ya que sus rizomas y sus hojas entrelazadas aportan gran cantidad de escondites.
Uno de los efectos del follaje de la Posidonia es que frena la masa de agua ocasionando la caída de numerosas partículas en suspensión que sirve de alimento a los espirógrafos, las grandes ascidias y algunas esponjas. Pero la Posidonia oceánica, fuente de vida para muchas especies, está en peligro.
La Calerpenina le brinda, escudo protector tóxico y resistencia al frío. Por el contrario, la Caulerpa taxifolia tiene un efecto devastador, ya que puede desarrollarse sobre cualquier substrato: rocas, arena, herbarios poblados de Posidonia y puede cubrir hasta el 100% del fondo de 1 a 40 metros de profundidad. Una de sus propiedades es su adaptabilidad a cualquiera que sea la condición del medio (contaminado o no).
La expansión continúa y constituye un gran riesgo para el ecosistema del litoral Mediterráneo. Está demostrado que cuando invade las praderas de Posidonia muchas especies desaparecen, y en las zonas invadidas se produce un cambio en todos los ecosistemas produciendo un sensible descenso de la biodiversidad. Por si su capacidad de regeneración extraordinaria fuera poco, posee un producto metabólico, denominado Caulerpenina, muy tóxico para la fauna mediterránea que la utiliza como alimento, de ahí su nombre de ‘ alga asesina’ o peste verde.
Al eliminar la vegetación afecta indirectamente a toda la fauna mediterránea incluidas familias de pulpos meros, sepias, ostras, sargos y nacras. Todo eso, es exacto pero al enunciar los problemas que han llevado a esa situación en las segundas jornadas internacionales de ciencias del mar José Tena denunció como culpables de todo eso a la erosión, el turismo y la perdida de otras especies marinas endémicas como la Posidonia. Todo esto es medio cierto porque la última causa o la primera es la presencia masiva en el mediterráneo de la de Caulerpa taxifolia. Además no constituye un sustituto de las especies que desplaza en referencia a la alimentación de peces e invertebrados marinos, debido a las citadas toxinas que contiene. La caulerpenina es un escudo protector contra cualquier posible depredador y no existe, por el momento, ninguno en todo el Mediterráneo.
La mayoría de las algas o plantas indígenas, como las tantas veces citada Posidonia, entran en regresión y desaparecen de la zona ocupada. Se adapta a todo tipo de sustratos, especialmente entre 3 y 40 metros, y hasta se han observado ejemplares vivos a 99 metros. Vive tanto en aguas limpias como contaminadas y de la temperatura ya hemos hablado.
El origen de las algas dañinas es tropical. El Pacífico, el Caribe, Australia están infectados, el Mediterráneo también
Su resistencia a cualquier temperatura, gigantismo, densidad y poder dominador no se ha observado en ninguna otra alga introducida en el Mediterráneo, ni tampoco en las poblaciones tropicales de Caulerpa. Su alta proliferación se debe a su morfología, los esquejes de hasta 2 cms. se propagan fijándose al sustrato para formar una nueva planta. La planta fragmentada se regenera, y al igual que las de su mismo orden, resiste cortes o fragmentaciones al exudar una sustancia pegajosa que tapona las roturas.
Desde 1988 la superficie colonizada por esta alga no ha dejado de crecer. En cada localidad donde ésta se encuentra la superficie aumenta anualmente con una cadencia parecida al ritmo de crecimiento de la ciudad donde apareció por primera vez (en Mónaco la primera hectárea tardó cinco años en ser ocupada). Las superficies más importantes provienen de las colonias implantadas con anterioridad.
A finales de 1999 las zonas más densamente ocupadas por la Caulerpa se situaban a 10 Km., de lado a lado, de donde se detectó inicialmente, y el 99% de la superficie total afectada se encontraba a distancias de menos de 100 Kms. del punto inicial, entre Toulon (Francia) y Alassio.
Los investigadores del mundo intrigados sobre el origen del ‘ alga asesina’ , la consideran un mutante
En mayo del 2006, una noticia cuyo titular rezaba: ‘ una extraña enfermedad acaba con el alga asesina de Mallorca’ (Diario de Mallorca) sembró la esperanza entre quienes se preocupan por erradicar el mal. Los técnicos del Govern creyeron, al principio, que simplemente una extraña caracola que se alimenta de plantas marinas podía haber devorado las 300 hectáreas del alga. El hecho es que ésta se dio por extinguida por completo del litoral de la comarca del Migjorn, donde se había implantado desde 1992.
Los técnicos de la Dirección de Pesca del Govern opinaron más bien que nadie había devorado 300 hectáreas de alga sino más bien una extraña enfermedad aquejaba a la Caulerpa, contagiada por una caracola o un animal marino desconocido, porque hay justamente uno de los mencionados seres marinos que se alimentan de otra Caulerpa, la nativa, que no es un alga invasora.
Hace cuatro años se dijo también que la expansión de la Caulerpa taxifolia se había detenido en seco apuntándose la hipótesis promisora de que el alga había sido atacada por un virus desconocido. El biólogo Enric Ballesteros se mostraba escéptico y se enviaron muestras de la Caulerpa de Mallorca a Marsella. Allí se sembraron en acuario algas enfermas de Cala d´Or junto a otras sanas, para ver si éstas se contagiaban del providencial virus. Pero las sanas no enfermaron y quien murió fue... otra esperanza. No van a ocurrir milagros, razonan los científicos del Govern, que sudan a diario tratando de encontrar algo que ponga fin a este calvario.
Ecologistas en Acción y el Grup d´Estudis de la Naturalesa (GEN-GOB) advirtieron de que la Caulerpa racemosa, «la principal alga invasora del Mediterráneo», se extiende por el sur de la isla e insisten en que supone «una grave amenaza» para las praderas de Posidonia. Un grupo de Ecologistas en Acción, con el coordinador de Medio Marino, Jorge Sáez, a la cabeza, recogieron muestras de esta especie invasora en la bahía de Talamanca, los islotes de los alrededores y la bocana del puerto hasta la playa de sa Penya. Sáez asegura que en Formentera no se ha detectado la presencia de este alga, pero avisa de que ya afecta a la zona del Parque Natural, especialmente en las inmediaciones de las playas.
La ecologista Neus Prats añadió que la proliferación de la Caulerpa se debe a las obras de construcción del dique de es Botafoc y reiteró que las obras de dragado de la nueva plataforma del puerto y sobre todo el vertido de los lodos en el mar van a provocar que avance el proceso de colonización de esta especie. Prats dijo que es «muy complicado» detenerlo y que lo que se tiene que hacer es «no tocarla». Tal cosa es peligrosa. La ecologista explicó que la Caulerpa entra en directa competencia con la Posidonia y tiene «un poder de enraizamiento superior a ésta y a cualquier otra especie», a lo que añadió que el problema estriba en el hecho de que esta alga sulfata el suelo de los espacios que coloniza e impide que pueda crecer la planta catalogada como Patrimonio de la Humanidad.
La Autoridad Portuaria se comprometió ante Medio Ambiente a que si detectara la presencia de esta alga invasora se tratará de eliminar, mediante corrientes de iones de cobre, cuya eficacia «está demostrada». «Tocarla es una salvajada porque se expande rápidamente mediante reproducción por esporas» avisó Prats.
Los ecologistas recuerdan que el proyecto del dique de es Botafoc no contemplaba el vertido de los lodos al mar, aunque finalmente se hizo «sin estudio de evaluación de impacto ambiental, a escondidas, con nocturnidad y alevosía». El GEN critica que la Autoridad Portuaria no se realizó, además, ningún seguimiento ambiental de las obras del dique tal como se contemplaba al principio en 1999. El organismo que gestiona los puertos del Estado lo niega. El resumen es que si bien los ecologistas pudieron tener razón, de estas discusiones pírricas en todo el Levante quien sale ganando es la Cauterpila, que ha desbancado y suprimido a la Posidonia e impuesto su dominio. Esa batalla la está ganando el ala invasora, incluso en Ibiza Nueva.
Las dimensiones que ha alcanzado su distribución en el Mediterráneo impide su destrucción con métodos físicos o químicos (erradicación manual, aspiración, sal, cobre, quema con nieve carbónica o soldador, sombreados con lona recubrimientos en forma de mantas impregnadas en una solución con cobre para impedir la fotosíntesis...). Sin embargo sí pueden aún erradicarse pequeñas áreas aisladas de las zonas totalmente invadidas. Jean Pierre Charrin ha desarrollado un método que permite arrasar con cobre embebido en agua de mar saturada de sal. Se realizó una prueba que permitió erradicar 2.000 metros cuadrados de la Caulerpa... al precio de casi 20000 euros...Y esa cantidad es prohibitiva para grandes extensiones. Continúan los esfuerzos y últimamente se ensaya con determinadas babosas marinas, moluscos que se alimentan exclusivamente de este género, tal vez la lucha biológica tenga mejores resultados. Pero siempre conlleva riesgos de otras colonizaciones.
Hay que reconocerla bien. La Caulerpa es una alga muy bonita (y no una planta) que posee un estolón característico de un milímetro de diámetro y de hasta 1 m. de longitud fijado en el fondo por sus raíces, de ellas salen unas hojas llamadas frondas (de 2 a 15 cm de altura). Estas frondas pueden estar ramificadas llegando a medir hasta 65 cm., su forma recuerda a las de ciertas coníferas.
No hay que arrancarla. Si se las manipula sólo se consigue que se multipliquen. Error que se ha cometido una y otra vez. Sobre todo después de una inmersión en zonas donde habita este alga los buceadores deben limpiar concienzudamente el equipo, el mínimo fragmento puede ser el vehículo por el que el alga se extienda. Un solo fragmento puede sobrevivir fuera del agua hasta una semana, en un lugar húmedo y templado (como una cadena de ancla, redes, bolsas de inmersión), y recupera su biorritmo al volver al agua. Alguien ha señalado el peligro de intoxicación humana por ingestión de Caulerpa. Eso no se ha comprobado.
Además del alga asesina hay otras especies que se están implantando en el Mediterráneo. Otra especie del mismo género, Caulerpa racemosa, se está expandiendo de forma invasora. La Caulerpa racemosa se conoce en el Mediterráneo desde 1926 (en Túnez), y en la cuenca levantina desde 1931. Estudios sobre la taxonomia de este alga revelan la coexistencia en el Mediterráneo de tres variedades diferentes de la misma especie, y tan solo una de ellas presenta capacidad invasora: Caulerpa racemosa var. Occidentalis, pero no es tan devastadora ni pugnaz como su hermana.
Esta variedad podría haber sido introducida últimamente en el Mediterráneo, probablemente a través del canal de Suez, desde el Mar Rojo, y ha proliferado rápida y considerablemente en el sudeste y noroeste de la cuenca mediterránea. En el litoral ibérico ha sido localizada en las Baleares (en diversos puntos de la costa de Mallorca y en el puerto de Ibiza), en algunas zonas de Castellón y cerca de la ciudad de Alicante.
Existen otras especies algales introducidas por el hombre en el Mediterráneo que presentan dinámicas invasoras y llegan a ser responsables de los cambios estructurales y funcionales de los ecosistemas en los que se implantan. Concretamente, de las 84 algas presumiblemente introducidas en el Mediterráneo, 8 son potencialmente invasoras: Acrothamnion preissii, Womersleyella setacea, Lophocladia lallemandii, Stypopodium schimperi y Sargassum muticum además de las ya comentadas Caulerpa taxifolia, Caulerpa racemosa y Asparagopsis armata. El modo de introducción de estas especies ha sido diverso pero la forma más frecuente ha sido el transporte en las quillas de los barcos (fouling) y la migración a través el Canal de Suez, aunque en algunos casos el comercio de organismos marinos (acuicultura e intercambios entre acuarios), ha propiciado la aparición de estas especies en lugares muy distantes de sus países de origen.
En noviembre del 2000, la revista ‘ Nature’ identificó al alga aparecida en la laguna ‘ Hedionda’ de San Diego (California) como idéntica, genéticamente a la del Mediterráneo. Ya en 1998, dentro del Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas, en su reunión de Heraclion (Creta), en un estudio sobre las algas invasoras del Mediterráneo, se llegó a considerar la Caulerpa taxifolia, como ‘ la mayor amenaza a los ecosistemas de la región en la historia’ recomendando a los países afectados a establecer nuevas estrategias para combatirla.
Así llegó por accidente la Caulerpa a aguas del Mediterráneo
Sobre el origen de la invasión de la "Caulerpa Taxifolia" en el Mediterráneo hay varias versiones diferentes, quizás porque el fardo de la responsabilidad de este es pesado de llevar. Según ‘ Wikipedia’ el Museo oceanográfico decidió limpiar sus acuarios en el mar (es decir arrojando los desechos en el Mediterráneo, vertiendo las aguas residuales al acantilado). Y fue el inicio de desastre.
Otros le echarían la culpa a Alain Bombard (el navegante solitario), pero en ese momento él no tenía autoridad para hacer una cosa así porque no era entonces director.
La máxima autoridad en ese momento, (principios de la década de los 80) el director la institución era Jacques Cousteau, como director del Museo, quien según ‘ Wikipedia’ en esos momentos se entregaba a experimentos poco ortodoxos con esas algas en su propia institución.’
Casi seguro que ninguna de esas versiones es la auténtica. Recuerdo que mis compañeros Plinio Mendoza y ‘ Gabo’ García Márquez eran como yo apasionados del tema. Trabajábamos como redactores en la revista ‘ Momento’ y nuestra fuente de información era la revista ‘ Paris-Match’ , de la que éramos corresponsales. Habíamos cubierto el viaje en un bote de goma, tripulado por Alain Bombard, el primer navegante solitario quien años después sucedió a Cousteau en el cargo de la dirección del Museo.
Se dice que algunos ejemplares -muestra de la Caulerpa, procedentes de los científicos del Wilhelmina (Stuttgart) se mantenían en un frasco del Museo Oceanográfico de Mónaco desde 1982, entre otras muchas especies de algas procedentes de mares tropicales, del Caribe o Polinesia, de aguas cálidas. Hasta ahí todo es normal: esos intercambios ocurren en todos los museos marítimos del mundo.
Un día, alguien -esa mano irreal de un "Terminator" cualquiera- entró en el laboratorio en que se guardaban, cogió justo ese frasco de la Caulerpa taxifolia y lo lanzó con fuerza por la ventana hacia los acantilados, y la botella se hizo añicos, justo al borde de las olas. La Caulerpa ya estaba en el mar Mediterráneo. Era un día de febrero de 1984.
Al cabo de pocas semanas, los submarinistas del museo comprobaron que en las profundidades, la "Caulerpa taxifolia" se propagaba por todo el fondo, matando a su paso la flora y la fauna autóctona y liquidando todo rastro de vegetación, el Dr. Jekyll atacaba incluso al bueno de Mr. Hyde, la generosa Posidonia.
El Príncipe Rainiero y sus funcionarios llamaron a la Interpol, a Scotland Yard y la Sureté francesa, pero el culpable jamás fue hallado. Se habló vagamente de un estudiante. El audaz Alain Bombard, quien estuvo a punto de sucumbir de hambre y de sed en su travesía del Atlántico en un bote de goma con una caña y un sedal y sin provienes de alimentos ni agua (para mostrar las posibilidades de supervivencia sin nada más) era el marino de año. Con su barbita y su sonrisa simpática ocupó muchas páginas de nuestra revista ‘ Momento’ de Caracas.
Años después, cuando Cousteau compró el yate ‘ Calypso’ , Bombard fue nombrado por Rainiero como su sucesor para el cargo de director del Museo Oceanográfico. Y no tenía nada que ver con la Caulerpa. Pero, en todo caso, es que el frasco conteniendo ejemplares del alga invasora, sí salió del Museo Oceanográfico de Mónaco
El célebre periodista Alexandre Minesz escribió, diez años después, un magnífico libro titulado "El Alga Asesina" ante la inminencia de una catástrofe ecológica sin límites y estableció que el alga invadía ya las costas españolas (las Baleares para 1992, las de Croacia para 1995 y para 1996 se habían recesado más de 10.000 hectáreas de mar invadidas.
Alexandre, biólogo famoso y brillante, buceador apasionado, escritor, creo que es, con mucho, el que más sabe del tema y además está enganchado en él y comprometido. Hoy por hoy es el hombre a quien consultar. Fue él quien sacó a la luz el problema, con detalles y datos originales como para hacer temblar a cualquiera...
Desde entonces -como hemos dicho- se han empleado todos los medios conocidos e inventados para descaulerpizar el Mediterráneo, lo cual requeriría mucho más detalle. Este mar -víctima de la mano del hombre por la polución, el lodo rojo o negro (residuo de metales pesados), aceites minerales, fenoles y... petróleo, es un mártir también de los urbanizadores salvajes de los países ribereños, con silencios públicos que estallan solo de vez en cuando...
Pero ante todo ese maremagnum y aún con la aparición de la Caulerpa, todos callaban (incluidos los políticos) y las gentes más afectadas de la costa señalaban con su dedo casi tembloroso al gran tabú (el turismo) que quedaría muy dañado si hablaban claro y se rompía el silencio. Aquí no pasa nada. El sol sale todos los días y el agua bate la costa. Una especie de omerta, sin mafia...
Si el cornetazo de Alexandre Meinesz no llega a sonar... la Caulerpa se traga hasta el museo de Mónaco con el príncipe Rainiero dentro. Y ahora lo que sería importante es que el mensaje se propagara por todos los rincones de los países del Mediterráneo, con la fuerza de la Caulerpa taxifolia.
Pero lo triste del caso es que investigadores del propio Museo de Mónaco en l995 publicaron un artículo en una revista de la Academia de Ciencias de Francia tratando de probar que la Caulerpa procedía del Mar Rojo y era inocua. Sólo en el año 1999, seis años después de aparecida la planta inocua, en el Parlamento francés se mencionó el alga Caulerpa, para pedir un informe sobre ella, comentándose el escaso interés sobre el tema por parte del gobierno, que lamentablemente no quería comprometerse.
Y así están las cosas, un mar envenenado, muerto, sin pesca, cuyo clima ha cambiado y los ecosistemas están hechos pedazos. Y excepto unos pocos, nadie parece querer salvarlo.
Su papel en el ecosistema es importantísimo ya que muchas especies encuentran sus nutrientes y su morada en la Posidonia. Una de las propiedades más interesantes de esta planta es que es capaz de multiplicar la superficie del suelo entre 20 y 50 veces. Esto significa que en un metro cuadrado de suelo, los animales y vegetales fijos disponen de 20 a 50 metros cuadrados para establecerse.
De hecho, las hojas están recubiertas de pequeñas algas que acceden de esta forma a la luz y de pequeños invertebrados que filtran las partículas en suspensión. Estos organismos que están fijos en las hojas, animales y vegetales, son llamados epifitos. Asimismo podemos encontrar en las praderas de Posidonia gran cantidad de equinodermos: varias especies de estrellas de mar y numerosos erizos que se nutren de esta planta. Los moluscos también tienen aquí su morada, concretamente los cefalópodos: pulpos y sepias. Ambos se alimentan de camarones, cangrejos y peces pequeños.
La Posidonia también atrae a numerosos peces (carnívoros y omnívoros) que se alimentan de crustáceos, erizos, moluscos, gusanos... Esta planta representa para ellos una gran despensa y para algunas especies, incluso, una guardería para sus crías ya que sus rizomas y sus hojas entrelazadas aportan gran cantidad de escondites.
Uno de los efectos del follaje de la Posidonia es que frena la masa de agua ocasionando la caída de numerosas partículas en suspensión que sirve de alimento a los espirógrafos, las grandes ascidias y algunas esponjas. Pero la Posidonia oceánica, fuente de vida para muchas especies, está en peligro.
La Calerpenina le brinda, escudo protector tóxico y resistencia al frío. Por el contrario, la Caulerpa taxifolia tiene un efecto devastador, ya que puede desarrollarse sobre cualquier substrato: rocas, arena, herbarios poblados de Posidonia y puede cubrir hasta el 100% del fondo de 1 a 40 metros de profundidad. Una de sus propiedades es su adaptabilidad a cualquiera que sea la condición del medio (contaminado o no).
La expansión continúa y constituye un gran riesgo para el ecosistema del litoral Mediterráneo. Está demostrado que cuando invade las praderas de Posidonia muchas especies desaparecen, y en las zonas invadidas se produce un cambio en todos los ecosistemas produciendo un sensible descenso de la biodiversidad. Por si su capacidad de regeneración extraordinaria fuera poco, posee un producto metabólico, denominado Caulerpenina, muy tóxico para la fauna mediterránea que la utiliza como alimento, de ahí su nombre de ‘ alga asesina’ o peste verde.
Al eliminar la vegetación afecta indirectamente a toda la fauna mediterránea incluidas familias de pulpos meros, sepias, ostras, sargos y nacras. Todo eso, es exacto pero al enunciar los problemas que han llevado a esa situación en las segundas jornadas internacionales de ciencias del mar José Tena denunció como culpables de todo eso a la erosión, el turismo y la perdida de otras especies marinas endémicas como la Posidonia. Todo esto es medio cierto porque la última causa o la primera es la presencia masiva en el mediterráneo de la de Caulerpa taxifolia. Además no constituye un sustituto de las especies que desplaza en referencia a la alimentación de peces e invertebrados marinos, debido a las citadas toxinas que contiene. La caulerpenina es un escudo protector contra cualquier posible depredador y no existe, por el momento, ninguno en todo el Mediterráneo.
La mayoría de las algas o plantas indígenas, como las tantas veces citada Posidonia, entran en regresión y desaparecen de la zona ocupada. Se adapta a todo tipo de sustratos, especialmente entre 3 y 40 metros, y hasta se han observado ejemplares vivos a 99 metros. Vive tanto en aguas limpias como contaminadas y de la temperatura ya hemos hablado.
El origen de las algas dañinas es tropical. El Pacífico, el Caribe, Australia están infectados, el Mediterráneo también
Su resistencia a cualquier temperatura, gigantismo, densidad y poder dominador no se ha observado en ninguna otra alga introducida en el Mediterráneo, ni tampoco en las poblaciones tropicales de Caulerpa. Su alta proliferación se debe a su morfología, los esquejes de hasta 2 cms. se propagan fijándose al sustrato para formar una nueva planta. La planta fragmentada se regenera, y al igual que las de su mismo orden, resiste cortes o fragmentaciones al exudar una sustancia pegajosa que tapona las roturas.
Desde 1988 la superficie colonizada por esta alga no ha dejado de crecer. En cada localidad donde ésta se encuentra la superficie aumenta anualmente con una cadencia parecida al ritmo de crecimiento de la ciudad donde apareció por primera vez (en Mónaco la primera hectárea tardó cinco años en ser ocupada). Las superficies más importantes provienen de las colonias implantadas con anterioridad.
A finales de 1999 las zonas más densamente ocupadas por la Caulerpa se situaban a 10 Km., de lado a lado, de donde se detectó inicialmente, y el 99% de la superficie total afectada se encontraba a distancias de menos de 100 Kms. del punto inicial, entre Toulon (Francia) y Alassio.
Los investigadores del mundo intrigados sobre el origen del ‘ alga asesina’ , la consideran un mutante
En mayo del 2006, una noticia cuyo titular rezaba: ‘ una extraña enfermedad acaba con el alga asesina de Mallorca’ (Diario de Mallorca) sembró la esperanza entre quienes se preocupan por erradicar el mal. Los técnicos del Govern creyeron, al principio, que simplemente una extraña caracola que se alimenta de plantas marinas podía haber devorado las 300 hectáreas del alga. El hecho es que ésta se dio por extinguida por completo del litoral de la comarca del Migjorn, donde se había implantado desde 1992.
Los técnicos de la Dirección de Pesca del Govern opinaron más bien que nadie había devorado 300 hectáreas de alga sino más bien una extraña enfermedad aquejaba a la Caulerpa, contagiada por una caracola o un animal marino desconocido, porque hay justamente uno de los mencionados seres marinos que se alimentan de otra Caulerpa, la nativa, que no es un alga invasora.
Hace cuatro años se dijo también que la expansión de la Caulerpa taxifolia se había detenido en seco apuntándose la hipótesis promisora de que el alga había sido atacada por un virus desconocido. El biólogo Enric Ballesteros se mostraba escéptico y se enviaron muestras de la Caulerpa de Mallorca a Marsella. Allí se sembraron en acuario algas enfermas de Cala d´Or junto a otras sanas, para ver si éstas se contagiaban del providencial virus. Pero las sanas no enfermaron y quien murió fue... otra esperanza. No van a ocurrir milagros, razonan los científicos del Govern, que sudan a diario tratando de encontrar algo que ponga fin a este calvario.
Ecologistas en Acción y el Grup d´Estudis de la Naturalesa (GEN-GOB) advirtieron de que la Caulerpa racemosa, «la principal alga invasora del Mediterráneo», se extiende por el sur de la isla e insisten en que supone «una grave amenaza» para las praderas de Posidonia. Un grupo de Ecologistas en Acción, con el coordinador de Medio Marino, Jorge Sáez, a la cabeza, recogieron muestras de esta especie invasora en la bahía de Talamanca, los islotes de los alrededores y la bocana del puerto hasta la playa de sa Penya. Sáez asegura que en Formentera no se ha detectado la presencia de este alga, pero avisa de que ya afecta a la zona del Parque Natural, especialmente en las inmediaciones de las playas.
La ecologista Neus Prats añadió que la proliferación de la Caulerpa se debe a las obras de construcción del dique de es Botafoc y reiteró que las obras de dragado de la nueva plataforma del puerto y sobre todo el vertido de los lodos en el mar van a provocar que avance el proceso de colonización de esta especie. Prats dijo que es «muy complicado» detenerlo y que lo que se tiene que hacer es «no tocarla». Tal cosa es peligrosa. La ecologista explicó que la Caulerpa entra en directa competencia con la Posidonia y tiene «un poder de enraizamiento superior a ésta y a cualquier otra especie», a lo que añadió que el problema estriba en el hecho de que esta alga sulfata el suelo de los espacios que coloniza e impide que pueda crecer la planta catalogada como Patrimonio de la Humanidad.
La Autoridad Portuaria se comprometió ante Medio Ambiente a que si detectara la presencia de esta alga invasora se tratará de eliminar, mediante corrientes de iones de cobre, cuya eficacia «está demostrada». «Tocarla es una salvajada porque se expande rápidamente mediante reproducción por esporas» avisó Prats.
Los ecologistas recuerdan que el proyecto del dique de es Botafoc no contemplaba el vertido de los lodos al mar, aunque finalmente se hizo «sin estudio de evaluación de impacto ambiental, a escondidas, con nocturnidad y alevosía». El GEN critica que la Autoridad Portuaria no se realizó, además, ningún seguimiento ambiental de las obras del dique tal como se contemplaba al principio en 1999. El organismo que gestiona los puertos del Estado lo niega. El resumen es que si bien los ecologistas pudieron tener razón, de estas discusiones pírricas en todo el Levante quien sale ganando es la Cauterpila, que ha desbancado y suprimido a la Posidonia e impuesto su dominio. Esa batalla la está ganando el ala invasora, incluso en Ibiza Nueva.
Las dimensiones que ha alcanzado su distribución en el Mediterráneo impide su destrucción con métodos físicos o químicos (erradicación manual, aspiración, sal, cobre, quema con nieve carbónica o soldador, sombreados con lona recubrimientos en forma de mantas impregnadas en una solución con cobre para impedir la fotosíntesis...). Sin embargo sí pueden aún erradicarse pequeñas áreas aisladas de las zonas totalmente invadidas. Jean Pierre Charrin ha desarrollado un método que permite arrasar con cobre embebido en agua de mar saturada de sal. Se realizó una prueba que permitió erradicar 2.000 metros cuadrados de la Caulerpa... al precio de casi 20000 euros...Y esa cantidad es prohibitiva para grandes extensiones. Continúan los esfuerzos y últimamente se ensaya con determinadas babosas marinas, moluscos que se alimentan exclusivamente de este género, tal vez la lucha biológica tenga mejores resultados. Pero siempre conlleva riesgos de otras colonizaciones.
Hay que reconocerla bien. La Caulerpa es una alga muy bonita (y no una planta) que posee un estolón característico de un milímetro de diámetro y de hasta 1 m. de longitud fijado en el fondo por sus raíces, de ellas salen unas hojas llamadas frondas (de 2 a 15 cm de altura). Estas frondas pueden estar ramificadas llegando a medir hasta 65 cm., su forma recuerda a las de ciertas coníferas.
No hay que arrancarla. Si se las manipula sólo se consigue que se multipliquen. Error que se ha cometido una y otra vez. Sobre todo después de una inmersión en zonas donde habita este alga los buceadores deben limpiar concienzudamente el equipo, el mínimo fragmento puede ser el vehículo por el que el alga se extienda. Un solo fragmento puede sobrevivir fuera del agua hasta una semana, en un lugar húmedo y templado (como una cadena de ancla, redes, bolsas de inmersión), y recupera su biorritmo al volver al agua. Alguien ha señalado el peligro de intoxicación humana por ingestión de Caulerpa. Eso no se ha comprobado.
Además del alga asesina hay otras especies que se están implantando en el Mediterráneo. Otra especie del mismo género, Caulerpa racemosa, se está expandiendo de forma invasora. La Caulerpa racemosa se conoce en el Mediterráneo desde 1926 (en Túnez), y en la cuenca levantina desde 1931. Estudios sobre la taxonomia de este alga revelan la coexistencia en el Mediterráneo de tres variedades diferentes de la misma especie, y tan solo una de ellas presenta capacidad invasora: Caulerpa racemosa var. Occidentalis, pero no es tan devastadora ni pugnaz como su hermana.
Esta variedad podría haber sido introducida últimamente en el Mediterráneo, probablemente a través del canal de Suez, desde el Mar Rojo, y ha proliferado rápida y considerablemente en el sudeste y noroeste de la cuenca mediterránea. En el litoral ibérico ha sido localizada en las Baleares (en diversos puntos de la costa de Mallorca y en el puerto de Ibiza), en algunas zonas de Castellón y cerca de la ciudad de Alicante.
Existen otras especies algales introducidas por el hombre en el Mediterráneo que presentan dinámicas invasoras y llegan a ser responsables de los cambios estructurales y funcionales de los ecosistemas en los que se implantan. Concretamente, de las 84 algas presumiblemente introducidas en el Mediterráneo, 8 son potencialmente invasoras: Acrothamnion preissii, Womersleyella setacea, Lophocladia lallemandii, Stypopodium schimperi y Sargassum muticum además de las ya comentadas Caulerpa taxifolia, Caulerpa racemosa y Asparagopsis armata. El modo de introducción de estas especies ha sido diverso pero la forma más frecuente ha sido el transporte en las quillas de los barcos (fouling) y la migración a través el Canal de Suez, aunque en algunos casos el comercio de organismos marinos (acuicultura e intercambios entre acuarios), ha propiciado la aparición de estas especies en lugares muy distantes de sus países de origen.
En noviembre del 2000, la revista ‘ Nature’ identificó al alga aparecida en la laguna ‘ Hedionda’ de San Diego (California) como idéntica, genéticamente a la del Mediterráneo. Ya en 1998, dentro del Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas, en su reunión de Heraclion (Creta), en un estudio sobre las algas invasoras del Mediterráneo, se llegó a considerar la Caulerpa taxifolia, como ‘ la mayor amenaza a los ecosistemas de la región en la historia’ recomendando a los países afectados a establecer nuevas estrategias para combatirla.
Así llegó por accidente la Caulerpa a aguas del Mediterráneo
Sobre el origen de la invasión de la "Caulerpa Taxifolia" en el Mediterráneo hay varias versiones diferentes, quizás porque el fardo de la responsabilidad de este es pesado de llevar. Según ‘ Wikipedia’ el Museo oceanográfico decidió limpiar sus acuarios en el mar (es decir arrojando los desechos en el Mediterráneo, vertiendo las aguas residuales al acantilado). Y fue el inicio de desastre.
Otros le echarían la culpa a Alain Bombard (el navegante solitario), pero en ese momento él no tenía autoridad para hacer una cosa así porque no era entonces director.
La máxima autoridad en ese momento, (principios de la década de los 80) el director la institución era Jacques Cousteau, como director del Museo, quien según ‘ Wikipedia’ en esos momentos se entregaba a experimentos poco ortodoxos con esas algas en su propia institución.’
Casi seguro que ninguna de esas versiones es la auténtica. Recuerdo que mis compañeros Plinio Mendoza y ‘ Gabo’ García Márquez eran como yo apasionados del tema. Trabajábamos como redactores en la revista ‘ Momento’ y nuestra fuente de información era la revista ‘ Paris-Match’ , de la que éramos corresponsales. Habíamos cubierto el viaje en un bote de goma, tripulado por Alain Bombard, el primer navegante solitario quien años después sucedió a Cousteau en el cargo de la dirección del Museo.
Se dice que algunos ejemplares -muestra de la Caulerpa, procedentes de los científicos del Wilhelmina (Stuttgart) se mantenían en un frasco del Museo Oceanográfico de Mónaco desde 1982, entre otras muchas especies de algas procedentes de mares tropicales, del Caribe o Polinesia, de aguas cálidas. Hasta ahí todo es normal: esos intercambios ocurren en todos los museos marítimos del mundo.
Un día, alguien -esa mano irreal de un "Terminator" cualquiera- entró en el laboratorio en que se guardaban, cogió justo ese frasco de la Caulerpa taxifolia y lo lanzó con fuerza por la ventana hacia los acantilados, y la botella se hizo añicos, justo al borde de las olas. La Caulerpa ya estaba en el mar Mediterráneo. Era un día de febrero de 1984.
Al cabo de pocas semanas, los submarinistas del museo comprobaron que en las profundidades, la "Caulerpa taxifolia" se propagaba por todo el fondo, matando a su paso la flora y la fauna autóctona y liquidando todo rastro de vegetación, el Dr. Jekyll atacaba incluso al bueno de Mr. Hyde, la generosa Posidonia.
El Príncipe Rainiero y sus funcionarios llamaron a la Interpol, a Scotland Yard y la Sureté francesa, pero el culpable jamás fue hallado. Se habló vagamente de un estudiante. El audaz Alain Bombard, quien estuvo a punto de sucumbir de hambre y de sed en su travesía del Atlántico en un bote de goma con una caña y un sedal y sin provienes de alimentos ni agua (para mostrar las posibilidades de supervivencia sin nada más) era el marino de año. Con su barbita y su sonrisa simpática ocupó muchas páginas de nuestra revista ‘ Momento’ de Caracas.
Años después, cuando Cousteau compró el yate ‘ Calypso’ , Bombard fue nombrado por Rainiero como su sucesor para el cargo de director del Museo Oceanográfico. Y no tenía nada que ver con la Caulerpa. Pero, en todo caso, es que el frasco conteniendo ejemplares del alga invasora, sí salió del Museo Oceanográfico de Mónaco
El célebre periodista Alexandre Minesz escribió, diez años después, un magnífico libro titulado "El Alga Asesina" ante la inminencia de una catástrofe ecológica sin límites y estableció que el alga invadía ya las costas españolas (las Baleares para 1992, las de Croacia para 1995 y para 1996 se habían recesado más de 10.000 hectáreas de mar invadidas.
Alexandre, biólogo famoso y brillante, buceador apasionado, escritor, creo que es, con mucho, el que más sabe del tema y además está enganchado en él y comprometido. Hoy por hoy es el hombre a quien consultar. Fue él quien sacó a la luz el problema, con detalles y datos originales como para hacer temblar a cualquiera...
Desde entonces -como hemos dicho- se han empleado todos los medios conocidos e inventados para descaulerpizar el Mediterráneo, lo cual requeriría mucho más detalle. Este mar -víctima de la mano del hombre por la polución, el lodo rojo o negro (residuo de metales pesados), aceites minerales, fenoles y... petróleo, es un mártir también de los urbanizadores salvajes de los países ribereños, con silencios públicos que estallan solo de vez en cuando...
Pero ante todo ese maremagnum y aún con la aparición de la Caulerpa, todos callaban (incluidos los políticos) y las gentes más afectadas de la costa señalaban con su dedo casi tembloroso al gran tabú (el turismo) que quedaría muy dañado si hablaban claro y se rompía el silencio. Aquí no pasa nada. El sol sale todos los días y el agua bate la costa. Una especie de omerta, sin mafia...
Si el cornetazo de Alexandre Meinesz no llega a sonar... la Caulerpa se traga hasta el museo de Mónaco con el príncipe Rainiero dentro. Y ahora lo que sería importante es que el mensaje se propagara por todos los rincones de los países del Mediterráneo, con la fuerza de la Caulerpa taxifolia.
Pero lo triste del caso es que investigadores del propio Museo de Mónaco en l995 publicaron un artículo en una revista de la Academia de Ciencias de Francia tratando de probar que la Caulerpa procedía del Mar Rojo y era inocua. Sólo en el año 1999, seis años después de aparecida la planta inocua, en el Parlamento francés se mencionó el alga Caulerpa, para pedir un informe sobre ella, comentándose el escaso interés sobre el tema por parte del gobierno, que lamentablemente no quería comprometerse.
Y así están las cosas, un mar envenenado, muerto, sin pesca, cuyo clima ha cambiado y los ecosistemas están hechos pedazos. Y excepto unos pocos, nadie parece querer salvarlo.